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Dialogo Intercultural y Resolucion de Conflictos: Introduccion by Johan Galtung Señora Secretaria General Suplente, Excelencias, Ministros, Ministros Suplentes, Damas y Caballeros: Permítanme comenzar felicitando al Consejo Europeo por esta importa nte iniciativa y agradeciendo el haberme invitado a ofrecer algunos conceptos que puedan servir de guía en el terreno inexplorado al que se ha invitado a ingresar a los ministros. 1ª etapa: INTOLERANCIA. El extremo es el holocausto de tantos, incluyendo la shoá. Pero la intolerancia puede tomar otras formas. Una de ellas es la nación-estado. El Estado de una única nación. De los 200 Estados del mundo, sólo 20 tienen en efecto una sola nación. Y aun así, siguen llegando cada vez más inmigrantes. De los restantes 180 Estados, 179 son asimétricos, es decir, están controlados por una nación dominante. Al resto se las solía llamar “minorías” aunque, de hecho, eran mayoría; esto reflejaba el poder más que la aritmética. Sus opciones eran integrarse a la cultura dominante borrando todo rastro de su pasado; o la marginalidad, a veces en forma de exoticidad. O peor. Mucho peor. La excepción es Suiza: el único país con verdadera simetría. 2ª etapa: TOLERANCIA. No cabe duda de que es mejor que la intolerancia. Pero hay algo que deja mal sabor de boca; algo del estilo de “soy tan grande (aplausos, por favor) que tolero que ustedes existan”. 3ª etapa: RESPETO Y DIÁLOGO. Ahora estamos avanzando. En lugar del “tú eres diferente, eres peligroso” de la 1ª etapa, y del “tú eres diferente, es tu problema, vive y deja vivir” tenemos el “tú eres diferente ¡Qué fascinante! Sentémonos a charlar de esto, por ejemplo ¿Qué opinas de...?” El Otro existe por derecho propio como parte de la riqueza maravillosa de la cultura humana, la tan celebrada diversidad. Cada vez que muere un idioma, o peor, una cultura entera y sus idiomas, mitos y costumbres, todos morimos un poquito. En esta etapa vemos al Otro como una fuente de enriquecimiento y viceversa. Por diálogo se entiende preguntar; lo contrario del debate, tan lleno de signos de exclamación. 4ª etapa: APRENDIZAJE MUTUO. En esta etapa sucede algo nuevo: no sólo exploramos al otro, sino que lo adoptamos como una parte Nuestra. Su idioma se convierte en nuestro idioma, su cocina también se convierte en nuestra cocina. No sólo conocemos su historia, sino que también sentimos sus traumas, momentos de gloria, sufrimientos e ilusiones. Vivimos al Otro, el Otro vive dentro nuestro. Por sobre todas las cosas, la relación es simétrica. Miremos un minuto el colonialismo occidental. Nosotros asumimos que todos hablan nuestro idioma; nosotros no hablamos ninguno de los de ellos, excepto por algún especialista. Lo que conseguimos del Otro fue oro y especias, algunas plantas y animales. Y muchos, muchos esclavos. En la actualidad, todavía damos por sentado que ellos, en su nuevo rol de inmigrantes = mano de obra barata conocen nuestras expresiones, lingüística, religiones, mitos de la historia y del futuro, y nosotros no conocemos nada acerca de los de ellos. Les enseñamos “1789” y asumimos, con razón, que si ese número no les representa nada, les será dificil entender no sólo Francia, sino todo el mundo occidental en general. Sin embargo, nosotros damos por sentado que podemos hablar de Irak sin parar, a pesar de ignorar por completo la signifación de 1258. Piénsenlo. Si no les viene nada a la mente, el silencio puede ser una buena guía hasta que hayan cotejado y aprehendido. Los estudiantes árabes saben esto, al igual que saben exactamente a qué se refería Osama bin Laden cuando en su primer discurso después del 11 de Septiembre del 2001 habló de humillación y “más de 80 años”. Sykes/Picot. Balfour. Y eso nos lleva al fundamentalismo. Este mismo mes Osama bin Laden (o un comité con ese nombre; occidente pierde tiempo preguntando quién en lugar de qué y por qué) en un discurso transmitido por Al Jazeera, y George W. Bush en un discurso a la Convención Nacional de Radiodifusoras Religiosas dejaron muy en claro sus credenciales religiosas; tan en claro como tienen que son los elegidos del Todopoderoso y que están muy capacitados para trazar la línea entre el Bien y el Mal. No les cabía ninguna duda de que la guerra a librar estaba de acuerdo con su fé. En resumen, las partes del síndrome DMA de mi folleto, Dualidad, Maniqueísmo, Armagedón, estaban todas ahí. Intercambiables. Para resumir, existe una cultura del fundamentalismo, privilegiada por el Todopoderoso para justificar la violencia criminal del 11-09-01 y también la del 7 de Octubre. Parafraseando a Marx, “Moderados del mundo ¡Únanse! No tienen nada que perder excepto sus terroristas”. Pero dialoguen tanto con los que tienen como con los que no tienen el respaldo de uno o dos Estados. Permítanme agregar sólo cuán fundamentalistas eran muchos marxistas: los trabajadores eran elegidos de la Historia, los capitalistas estaban destinados a la extinción, la Revolución violenta era inevitable. DMA. También existe una cultura masculina y una femenina. La femenina se caracteriza, sobre todo, por la sensibilidad hacia el sufrimiento humano; la masculina, por la preocupación por principios abstractos. La primera se basa en la compasión para justificar la acción; la segunda, en la deducción. Y de haber Kantianos, agregarán “universabilidad” como un criterio. Pero las culturas sí difieren. George Bernhard Shaw demostró gran sabiduria al decir “no le hagas a los demás lo que quieres que te hagan a ti; pueden tener gustos diferentes”. ¿Cómo nos enteramos? Preguntando. El proyecto de Declaración ante nosotros representa un gran paso de la 2ª etapa a la 3ª, celebrando la diversidad, tal como hacen los ecologistas.
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