(Castellano) ¿Qué pasó con la izquierda occidental?

ORIGINAL LANGUAGES, 30 May 2011

Johan Galtung – TRANSCEND Media Service

Desde San Galo, Suiza

La semana pasada se celebró el 41º Simposio de San Galo, una versión académica del Foro Económico Mundial de Davos, organizado por los alumnos de esa Escuela de Negocios. Algo parecido a  “Los líderes de hoy reunidos con los líderes del mañana”, hecho de una manera competente.

La mentalidad de la derecha occidental era fácilmente identificable:

* La primacía del libre mercado, frente al Estado y a la sociedad civil (San Mercado encaja mejor que San Galo, del monje irlandés Gallus);

* La primacía en el mercado de las libres empresas en competencia por la cuota de mercado, en contraposición a los clientes-consumidores, las comunidades, la naturaleza;

* La primacía en la compañía de los directores ejecutivos (CEO en sus siglas inglesas), dirigentes, empresarios, en contraposición a los trabajadores, incluso a los accionistas;

* El papel secundario del Estado para garantizar estas libertades;

* El papel secundario de la democracia para producir legitimidad;

* El papel secundario de la policía para proteger a las empresas y a los directores ejecutivos;

* El papel secundario del aparato militar para proteger el libre mercado;

* El papel secundario de la religión y la cultura para producir legitimidad.

Consecuencia: la insensibilidad ante el sufrimiento de la base de las empresas, de las sociedades, y del mundo; dando la espalda a las matanzas de EE.UU. en apoyo de las dictaduras y las privatizaciones para limitar la responsabilidad al ámbito de  la economía.

Esto es algo más que simple preferencia ideológica por el capitalismo. También está el culto al individuo fuerte, el Gründer [fundador, NDT], empresario y sobre todo líder, con el relativo sinfín de exploraciones de la naturaleza de la magia del liderazgo. El líder lidera dando a los seguidores buenas razones para seguirle. Esto no excluye el diálogo, pero el paisaje de los individuos no es plano. La capacidad de liderazgo debería ser identificada a una edad temprana para todos los ámbitos de la vida. Pero, dada la primacía del mercado, de la empresa en el mercado, y del líder en la empresa, el director ejecutivo alcanza un aura mágica. Se espera mucho de él, alta es su recompensa, profunda la caída, y de oro el paracaídas.

Los “líderes” de la ciencia, las artes, la religión estarían de acuerdo en que están en su mejor momento cuando tienen libertad para seguir sus intuiciones. Sin embargo, sus actividades son principalmente inmateriales. No entran en juego los bienes materiales escasos, eso es asunto de los directores ejecutivos. Sus decisiones tienen un impacto en los condiciones de vida materiales de millones, billones de personas. Y más aún cuando la política, el aparato policial y militar, y la cultura no material son instrumentos al servicio del libre mercado. Por lo tanto, los derechos humanos pueden ser vistos como el establecimiento de un máximo número de personas libres para buscar su lugar en el mercado, como productor o consumidor, proveedor o trabajador. La elección de los productos y la elección de partidos políticos son vistas como la libertad que se auto-refuerza. Y el apoyo casi incondicional de los EE.UU. es el apoyo del principal valedor del libre mercado, incluso mediante intervención militar cuando se sospecha que los estados no hacen lo debido.

Se trata de un paquete de derechas que combina elementos de ideas de hace siglos: “el capital sobre el estado” y “capitalizar sobre los trabajadores”, con la geopolítica contemporánea. Pregunta: ¿Hay un paquete de izquierdas?

No. La izquierda Occidental está debilitada, no es sino una sombra de lo que era hace sólo una generación; segmentada, fragmentada, marginada. Por supuesto, hay antítesis a cada uno de los nueve puntos anteriores, a saber:

* La primacía de la vida humana, de las necesidades básicas, de la vida misma, y de la naturaleza;

* La primacía de la sociedad civil – los clanes tradicionales, las ONG modernas;

* La primacía del proceso de toma de decisiones compartido, el diálogo y el consenso;

* El papel del Estado y del capital, cooperando para garantizarlo;

* El papel de la democracia como transparencia, diálogo y consenso, debate y elecciones, en la familia y en el trabajo, a nivel local, nacional y global;

* Un aumento de la capacidad para tratar los conflictos internos sin la policía nacional;

* Un aumento de la capacidad de tratar los conflictos mundiales sin el aparato militar;

* Una cultura de paz, de resolución de conflictos; más “nosotros”, menos sólo “Yo”.

Esto es anti-imperialista, y los imperios de EEUU e Israel son hoy en día los portadores de la injusticia económica-política-cultural-militar.

Todo esto es compatible con los negocios [i], cooperativos más que competitivos, suavizando el paquete de la derecha, con su fe en el individuo si es suficientemente fuerte, y en el mercado si es lo suficientemente fuerte. La derecha ha tomado decisiones dramáticas y anti-humanas, pero también hay belleza en su fe en la persona creativa y trabajadora. Aunque hay algo fascista en su culto del líder.

Por supuesto existe la vieja izquierda, socialdemócrata, industrial; que hoy adopta el mercado y la empresa, tratando de suavizar el poder de los directores ejecutivos en Europa occidental, pero incapaz de desarrollar alternativas a la política de EE.UU., y distinguir entre el imperio de EE.UU. y la República de EE.UU. Absorbida, cooptada como los demócratas en general en los EE.UU.

Y, por supuesto, está la nueva izquierda, verde, en defensa de la naturaleza, local, pero incapaz de desarrollar una economía alternativa, amigable con la naturaleza y sin desigualdades flagrantes en las empresas, en los países, en el mundo. Por lo tanto, el Foro Social Mundial es un foro, nada más.

¿Por qué este vacío? ¿Tal vez porque la izquierda era más marxista y de inspiración soviética de lo que admitió y se derrumbó con ella? ¿Por qué nunca lograron cerrar la brecha entre el duro materialismo marxista y los enfoques espirituales más suaves provenientes de Oriente? ¿Por su insensibilidad al lado oscuro del experimento soviético con la humanidad?

En la actualidad, la derecha occidental no es cuestionada por la izquierda occidental, sino por la sutileza del capi-comunismo y el yin-yang chino, más allá del pensamiento occidental, derecha o izquierda. Y por el terrorismo islamista, contrarrestado por el terrorismo de estado de la dura derecha cristiana y judía. La izquierda no entiende lo primero, rechaza lo segundo, y es incapaz de enriquecerse con lo mejor de los modelos budista, musulmán, chino y japonés, atrapado en su occidentalidad cuando la derecha está disfrutando de la globalización hecha a su imagen.

La izquierda occidental ha de abrirse, no sólo limitarse a recitar “¡Globalización NO!” Un No no lleva a ningún lado. Se necesitan algunos Sí. Y creatividad.

Nota:

[i]. Lease Peace Business, TRANSCEND University Press, 2009; www.transcend.org/tup

Traducción de Candela Saiz Carrasco para Transcend Media Service

Título original: What Happened to the Western Left?

 

This article originally appeared on Transcend Media Service (TMS) on 30 May 2011.

Anticopyright: Editorials and articles originated on TMS may be freely reprinted, disseminated, translated and used as background material, provided an acknowledgement and link to the source, TMS: (Castellano) ¿Qué pasó con la izquierda occidental?, is included. Thank you.

If you enjoyed this article, please donate to TMS to join the growing list of TMS Supporters.

Share this article:

Creative Commons License
This work is licensed under a CC BY-NC 4.0 License.

Comments are closed.